lunes, 22 de septiembre de 2014

Lunes de Catarsis


Estoy consciente que este blog ha dado un giro hacia el lado negativo de la vida. De pronto soy pesimista, veo el vaso medio vacío y el lado oscuro de la Fuerza se apoderó de mí. No me voy a excusar, recientemente tomé este espacio para hacer catarsis. Es más barato que pagar psicólogo y, con la ilusión de que alguien me está leyendo, pues resulta tener un efecto bastante similar. Así es como me volví una persona anónima, como tantas que hay allá afuera, y cuento mis intimidades a los cuatro vientos del Internet con total impunidad. Es sabroso. Si nunca lo han hecho, les recomiendo que lo hagan. Eso si es que me están leyendo. Y si no me leen, lo cierto es que ustedes se lo pierden, jeje. Ya me dijo la última psicóloga que me vio, después de algunas pruebas, que yo tenía un fuerte Narciso.  Me hizo gracia porque sé que eso es verdad. Y como Narciso que soy, pues tampoco lo vi como algún rasgo que tuviera que cambiar. Al contrario. Me llenó de orgullo.

Pero volviendo al tema, porque me estoy yendo por las ramas, el tono negativo que pueden ver aquí simplemente responde a cómo me siento. Refleja lo harto que estoy de mi trabajo y la alta frustración que me provoca. No es la primera vez que esto me sucede, viene como en ciclos. Con la diferencia que ahora mi entorno ha cambiado tanto que no sé si este ciclo va a terminar o si me voy a tener que ir de aquí para poder recuperarme. El asunto es que desde hace como un año estamos trabajando en largas mesas donde tenemos menos de metro y medio para cada uno, no hay paredes ni cubículos que nos separen a unos de otros y somos tantos que ni siquiera sé cuántas personas somos en este espacio. Es la maquila moderna y yo no nací para esto. Realmente no sé si alguien nació para tener que trabajar en un ambiente así. Tengo clarísimo que yo simplemente, no. Me toca sentir los olores de los que sienten al lado mío, no tengo privacidad, tengo prohibido tener hasta una foto en el escritorio. Esto es tan deshumanizado que todavía no logro entender cómo todo se fue al carajo así de rápido. Y esta es solo la punta del iceberg. Hay mucho más. Desde intrigas de trabajo que vienen y van, hasta decisiones gerenciales que dan risa. Es como un circo, pero sin ninguna gracia.

Como comprenderán, los lunes me resultan aplastantes. Hoy armé el meme que ven arriba, un poco de humor negro resulta gratificante para arrancar un día que, además de todo, ha sido tan ajetreado y agotador. En mi área falta una persona que renunció y pasó a mejor vida, literalmente, y los otros cuatro estamos ahogados en trabajo. Nos dicen que prioricemos esto y aquello, pero a final de cuentas igual hay que hacerlo todo. Hoy no he tenido un respiro, pero ya, agotado, decidí dejar la maquila y escaparme por aquí hacia la blogosfera. 

Lo bueno es que Jorge y yo nos vamos de vacaciones por todo un mes (sí, teníamos vacaciones acumuladas), empezando de este viernes en ocho. Ya no falta tanto. Pero lo que crece en mi interior ese deseo monstruoso de no regresar nunca más. Se los juro.

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