miércoles, 17 de septiembre de 2014
Escribiendo para sobrevivir
Ayer, mientras revisaba el Facebook casi que en forma automática, me encontré con un artículo del Huffington Post que hablaba sobre lo bueno que es para la salud el escribir un poco todos los días. Hablaba de lo liberador que podía ser y, bueno, tiene su lógica, al escribir uno no solo procesa las ideas, sino que las ordena y hasta les encuentra alguna resolución. Supongo que es un asunto de estructura. Uno ve varios argumentos, los analiza y después busca resolver el problema.
Y todo esto que acabo de poner suena tan profundamente aburrido.
La verdad es que siempre me ha gustado escribir y por un tiempo lo he tenido bastante descuidado. Lo debería retomar. Sí, mi trabajo consiste en escribir, pero la publicidad supongo que no cuenta, después de todo es comunicación vacía, sin alma. Compre, compre, compre, sea más joven, sea feliz como una perdiz, viva como los ricos y toda esa babosada. La publicidad es uno de los males de nuestra época y, por una mala decisión de cuando era muy joven, estudié una carrera que me parecía muy ingeniosa y terminé siendo parte de un engranaje frío y desconsolador, trabajando en un lugar que parece una maquila con mesas largas y un espacio vital tan pequeño que todo el día respiro el aliento de las personas que tengo a mi lado. Triste, ¿verdad?
Lo cierto es que no escribo esto para causar lástima sino para sacar toda esta frustración que me acompaña todos los días en este horrible lugar. Supongo que si le doy forma de palabras a esta historia, mis sentidos estarán más alertas para despertar con alguna idea que me saque de aquí. No sería ni la primera ni la última vez que dejo la publicidad. Ya he hecho cambios drásticos, pero a medida que pasa el tiempo también voy dejando atrás parte de la osadía juvenil que me caracterizada. Claro, no estoy muerto, y mientras viva soy dueño de lo que me pase. Bueno, no lo controlo todo, no soy omnipotente, pero hay decisiones que sí caen en mis manos. Todos los días cuando me levanto decido venir a este lugar, no es por inercia, es una decisión que tomo todos los días. Supongo eso de que cada día llegue más tarde tiene un mensaje no muy oculto que digamos.
En todo caso, sigo buscando una respuesta. Tengo clarísimo que no me va a caer del cielo en forma de una señal y ni "Dios" ni "El Secreto" me van a dar la solución, eso me toca a mí. Por cierto, qué fácil la tiene alguna gente simplemente desentendiéndose del problema y esperando la solución mágica. Pero bueno, ese no es mi caso. A mí toca pensar. Pensar bastante.
Mientras tanto, escribo.
UPDATE:
Estaba tratando de arreglar el contador del blog que no está funcionando bien y en eso vi que me llegó un correo de Threadless. Lo que vi me hizo tanta gracia que tuve que agregarlo a este post:
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