miércoles, 4 de diciembre de 2013

La Esponja Superabsorbente


Veo a una psicóloga para aprender a manejar el estrés y que el estrés no me maneje a mí.  Eso es algo que a uno no le enseñan en al escuela y mucho menos en la vida.  Porque se supone que uno tiene que ser una esponja superabsorbente que atiende todos los males y todo lo soluciona.  Eso es lo que aprendí en el trabajo.  Obviamente, no soy ni esponja ni superabsorbente.  A veces simplemente soy una persona.  Ahhhhhhhhh sí, una persona.  Y una persona no puede (o al menos no debe) hacer más de lo que puede hacer una persona.  Una persona no es dos personas.  Es matemática simple.  Pero cuando alguien quiere multiplicarse, la persona se quiebra y eso trae consigo una que otra consecuencia.  Desde el simple mal humor, hasta fantasías como ver a la gente rodando por las escaleras o de cabeza en un enorme balde de agua helada.  No, Ally McBeal no estaba sola.

Este par de días han sido particularmente incómodos.  Desde todo el enredo de Chuck, que conté hace un par de posts; hasta  berrinches laborales donde la gente no sabe qué es lo que quiere y nunca está satisfecha con lo que recibe y, aún así, todo urge.  Si fuera un programa de televisión sería muy divertido.  Pero créanme, nadie quiere vivir en The Office.  Es chistoso cuando uno lo ve a través del cristal, pero ahí termina todo.

Luego de las carreras y las ridiculeces, he llegado a dos importantes conclusiones.  

Primero, razonar con un niño es muy difícil, aún cuando uno esté buscando el beneficio de este niño.  Sí, entiéndase que estoy hablando de este chico a quien llamo Chuck (por aquello de mantener el anonimato).  Para hacer el cuento corto, este chico empezó a poner indirectas en el Facebook, le llamé la atención, me hizo un berrinche y terminó bloqueándome a mí, a Jorge, a Kay y a Kike.  Uhhhhhh, qué miedo.  Este berrinche va a terminar en lo que precisamente no quería, que es que la demás gente empezara a preguntar.  Ya no va a ser posible mantener esta situación en privado y todo mundo va a opinar.  Mis amigos ya me conocen y saben lo tajante que soy, pero la sombra de inmaduro que se va a echar Chuck encima no se la va a poder quitar nunca.  Digamos que Don, su "amante" temporal va a saltar como una  liebre.  Él es alérgico al drama.  En fin.  Traté de manejarlo lo mejor que pude y no salió.  A su favor está que a nadie le gusta que lo manden a "freír churros" como él mismo me dijo, pero esperé que saliera con su dignidad intacta, pero eso no pasó.

Mi segunda gran conclusión es que la palabra "sorteamos" es una palabra fea.  Sí, así me lo dijo una compañera de trabajo cuando estábamos revisando juntos unos textos.  ¿Recuerdan que dije que quería meter a alguien en un balde de agua helada?  Bueno, ahí está la víctima.  Esta chica tiene un cierto encanto, pero precisamente hace un rato me di cuenta que le gusta jugar el papel de niñita desamparada, y por la situación actual con Chuck, pues obviamente que no provocó en mí una figura muy protectora que digamos.  Tengo que admitir que hoy no soy un confite.  Pero bueno, ya ese proyecto se está cocinando.  Ahora ella me da gracias por todo.  Claro, ayer se lavó las manos conmigo.  Voy a llamar Marcia a mi compañera…  Marcia y yo llevábamos días trabajando juntos en un proyecto; a su jefa no le gustó y en media reunión, Marcia me dijo "ves, esto había que trabajarlo como yo te había dicho…"  Pestañeé mucho, porque ella estaba de acuerdo en cada paso de lo que habíamos trabajado.  Y no, no tengo amnesia.  Tampoco soy tonto, al menos no demasiado, así que tendré que tomar en cuenta la lealtad de Marcia cuando sigamos trabajando juntos.  Mientras tanto, ella sonríe y sonríe.  Supongo que de chiquita era preciosa y así lo arreglaba todo.  Yo sigo pensando en el balde de agua helada.


Lo bueno es que ya pasada toda esta oleada de situaciones, creo que estoy de bastante buen humor.  Hace una tarde hermosa y hoy salgo un poco más temprano, sí, de día.  Eso es maravilloso.  Además que estoy escuchando una canción que me encanta.  Llevo dos días escuchando la misma canción.  No me juzguen.

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